UN CURSO DE MILAGROS - L

LECCIÓN No. 85 El repaso para hoy contiene las ideas siguientes: 69.    “Mis rencores ocultan la luz del mundo que hay en mí.” 1.      Mis rencores me muestran cosas falsas y esconden en mí lo que deseo ver. Al reconocer esto me pregunto ¿para qué quiero los rencores? Me mantienen en las tinieblas y me ocultan la luz. Los agravios y la luz no pueden ir juntos pero la luz y la visión deben unirse para que yo pueda ver. Podré ver si aparto de mí los rencores, deseo ver y ésta es la forma como tendré éxito. 2.      Ideas que te servirán para repetirlas en este día: “No utilizaré esto para bloquear mi visión.” “La luz del mundo hará que esto desaparezca.” “No necesito esto. Lo que deseo es ver.” 70.    “Mi salvación proviene de mí mismo.” 3.      Hoy reconozco donde está mi salvación. Está dentro de mí porque allí reside su fuente de origen. La salvación no puede apartarse de mi mente porque no puede apartarse de su origen. No la buscaré fuera de mí

LECCIÓN No. 78 “Deseo que los rencores sean reemplazados por milagros.” 1.      Tal vez aún no esté claro para ti el comprender que cada una de tus decisiones está situada entre un rencor y un milagro. Cada rencor es una negra barrera de odio que no permite ver el milagro. Y mientras esta barrera permanezca frente a tus ojos, no podrás ver el milagro que hay tras de ella, Sin embargo, el milagro está allí esperándote en la luz, mientras tú sigues guardando resentimientos. 2.      Hoy iremos más allá de tus rencores para presenciar el milagro. Transformaremos tu manera de ver no permitiendo que tu visión se detenga ante nada hasta que llegue a la verdad. No nos detendremos ante la barrera de rencores sino que la apartaremos y después levantando suavemente la mirada contemplaremos al Hijo de Dios. 3.      Él te espera detrás de aquella barrera y aparece luminoso en el lugar que le corresponde. Cada uno de tus resentimientos ha bloqueado tu visión y al elevar la mirada h

LECCIÓN No. 71 “El único plan de salvación verdadero es el plan de Dios.” 1.      Tal vez no te has dado cuenta de que el plan que tu ego ha formado para la salvación es un plan opuesto al de Dios. Este es el plan en el que tú crees y siendo este plan opuesto al de Dios resultará que aceptar el plan de Dios en lugar del tuyo te llevaría a condenarte. Esto desde luego es ridículo pero una vez que consideremos lo que el plan del ego es, te darás cuenta de que por absurdo que sea ese es el plan en el que has estado creyendo. 2.      El plan de salvación del ego está arraigado en la retención de rencores y agravios. Sostiene que si alguien actuara de manera diferente o si algunas circunstancias externas cambiaran, te salvarías. Por eso constantemente percibes la salvación como algo que te pudiera llegar desde afuera y con cada agravio que guardas te estás haciendo una afirmación que equivale a decir: “Yo me salvaría si esto o aquello fuera diferente”. Estas pidiendo